Terminar este intenso mes de junio con una boda como la que hemos terminado no se hace siempre. Primero, volver a mi barrio, porque éste, a pesar de llevar mas de una década de no vivir en él, será por siempre el mío, el de San Francisco. Volver a esa iglesia, en la que tanto hemos jugado gracias a los Padres Franciscanos y que siempre giró en torno a mi niñez…siempre gusta. Segundo, formar parte de esta boda, llena de buena gente, gran parte conocidos nuestros desde hace ya muchos años. Con dos familias de lo más amable y que en todo momento se brindaron a cualquier cosa que necesitábamos… un abrazo especial para todos ellos.
Una conexión magnífica con los novios nos permitió pasar esos primeros minutos de nervios de Rafa con soltura y de poder captar un buen puñado de imágenes de MªCarmen, a pesar de que lo primero que me dijo cuando entré por su puerta fue: “A lo que más le temo de la boda… .es a ti...". No se lo tendré en cuenta…es imposible, más buena persona es difícil encontrar. Qué suerte has tenido tocayo !!!
Preciosa boda en todos los aspectos, que tuvo su punto álgido en la cena, la cual transcurrió en otro enclave en los que he dejado muchos sentimientos y buenos ratos, nuestras entrañables Bodegas Aragón y Cía.
Suerte en esta nueva etapa de vuestra vida y gracias por vuestra confianza.
Últimas entradas
El comentario se revisará antes de publicarlo.