Como alguien dijo una vez, todo depende del color del cristal con el que se mire. De entrada os diré que el dicho de ‘boda lluviosa, novia dichosa’ tiene mucho que ver con la simbología positiva que tiene la lluvia en muchas culturas como la mapuche, la celta o la hindú, en la que el agua del cielo augura bendiciones a la pareja que se casa, es un elemento esencial para la vida y es símbolo de fertilidad y abundancia. Así que Antonio y Sonia se pueden dar por afortunados por las “gotitas” que cayeron el pasado sábado. A una pareja cargada de ilusión cuatro gotas no le amargan uno de los días mas felices de sus vidas, la felicidad no la da el tiempo ni el paisaje, la verdadera felicidad es la que ellos consiguieron transmitir a todos sus amigos y familiares porque nada podía brillar más ese día que sus sonrisas, ni siquiera el mejor y más resplandeciente Sol de verano….
Ellos son súper especiales y se merecían tener una jornada así de maravillosa, con tantos y tantos momentos bonitos y emotivos. Rodeados de gente espléndida que desde un inicio les arroparon para conseguir con ellos un evento prácticamente perfecto. Gracias por tratarnos tan bien, pues conseguisteis que nos sintiéramos unos amigos más. Que seáis muy felices!!
P.d. Un abrazo muy especial a mi gran amigo Juan, el padrino, que lo aprecio una “jartá”.